Te voy a contar algo que le conté a mis close friends de mi Newsletter.

La historia va así:

Me acuerdo la primera vez que intenté hablar francés en una farmacia en Francia. 

Había una señora extranjera que no hablaba la lengua y que necesitaba ayuda. 

Quería una pomada y no sabía cómo pedirla. 

Pensé en ayudarla. 

Pero también pensaba… 

¿Cómo le digo? ¿Cómo lo hago? ¿Cómo se dice? 

Qué pena. 

Esto es algo que nunca jamás me enseñaron en un curso de idiomas. 

Y lo que más me costó lograr.

Aventarme.  

…Así que seguí con mi vida, buscando mis cosas. 

Me hice pato en los pasillos tratando de escuchar la conversación que ella intentaba tener con la farmacista, que era nula.  

Caminaba por la farmacia pensando en que podía ayudarla pero en que me moría de miedo. 

Al mismo tiempo, sabía que tenía que hacerlo. 

¡Quería hacerlo! 

¡Era mi momento! 

Así que respiré hondo y me asomé al pasillo 5. 

“Puedo ayudarla, hablo francés”, le dije.” 

Con la cabeza asintió mientras con la frente hacía una señal de ayuda y con un suspiro ella se relajó. 

Con otro yo agarraba valor. 

Así que le pregunté lo que necesitaba y me dijo que buscaba una pomada. 

Me dirigí a la farmacista y le dije en francés: 

"La dame a besoin d'une pomme."

(La señora necesita una manzana) 

La farmacista me veía con cara de WHAT? 

Y yo repetía: 

“La señora necesita una manzana.” 

Las 3 nos volteábamos a ver con cara de no sabemos qué está pasando. 

Yo como: ¿cómo por qué no me entiende? Franceses mamones. 

La farmacista como: lo que buscas es un mercado, duh. 

La señora extranjera como: no entiendo ni madressss. 

Y yo seguía diciendo: une pomme, une pomme!!!!!  

Hasta que le señalé un tubo en uno de los estantes, y ella dijo: 

AHHHH, JE VOIS… UNE POMMADE!!!!!!!!! 

(Ahhhh, ya veo, una pomada!)

POMME, POMMADE, ayyyy señora es casiii lo mismo, obvio me entendió.

🙄

 Parece chiste pero es anécdota. 

En fin, salí de esa farmacia riéndome y agradeciéndome al menos por haberlo intentado. 

Ese día aprendí que por más que supiera y por más inteligente que me viera en mi cabeza, nada se comparaba con llevarlo a la cancha. 

Para aprender hay que hablar. Y saber equivocarnos. 

Es un paso que no te puedes saltar. 

No hay un atajo para hablar increíble sin primero haber hecho un par (cof cof, muchos) errores y un poquito el ridículo. 

Quien no se está equivocando no lo está intentando lo suficiente. 

Así quiero terminar compartiéndote esto que leí hace poquito: 

¿Sabes por qué me convertí en una estrella de cine de las más taquilleras? Porque siempre supe que rodar la película era la mitad del trabajo, la otra mitad era venderla. El mundo está lleno de idiotas que se creen demasiado artistas para ponerse a vender. Cuando yo acababa una película me ponía como loco a venderlas. Algunas llegaron muy lejos, otras fracasaron, pero siempre tuve una cosa clara: en la vida hay que vender nuestro trabajo. 

Esto lo dijo Arnold Schwarzenegger sobre convertirse en superestrella de cine. 

Para ser una superestrella de los idiomas yo te lo digo así: 

¿Sabes por qué me convertí en una estrella de idiomas? Porque siempre supe que aprender el idioma era la mitad del trabajo, la otra mitad era saber hacer el ridículo. El mundo está lleno de idiotas que se creen demasiado inteligentes para hacer el ridículo. Cuando yo aprendía algo me ponía como loca a hablarlo. Algunas veces llegué muy lejos, en otras fracasé, pero siempre tuve una cosa clara: en la vida y en los idiomas hay que saber aventarse y hacer el ridículo. 

Es así. 

UrBestSelf es el programa que te va a ayudar a superar tu miedo a hacer el ridículo y empieces, de una vez por todas, a hablar. 

Ya es hora.